La empresa española de jamones Carrasco Guijuelo y la italiana Negrini se han unido para crear una mortadela excepcional y así cambiar nuestro concepto de este producto gourmet italiano.
Esta mortadela es el resultado de la unión de dos «familias que nos hemos dedicado durante varias generaciones a los embutidos y a los jamones y además en dos países tan vinculados con este mundo como España e Italia» cuenta Francisco Carrasco de jamones Carrasco. Desde España se exporta la carne del cerdo ibérico a Italia y allí se elabora la mortadela de la manera tradicional pero sustituyendo los cortes nobles, como la paleta y la carrillada, de cerdo blanco italiano por los de cerdo ibérico de Carrasco Guijuelo. Además, «la parte rosada de la mortadela se hace con una técnica de corte y picado muy fino que no es una emulsión» nos cuenta Nicoletta, de la familia Negrini.
Por mucho que les contemos de las excelencias de este producto, lo mejor es probarlo como hace Nicoletta Negrini en este vídeo para ABC. Como en cualquier cata, lo primero en lo que nos fijamos es en el color «que en la de cerdo blanco es de un rosa más suave». En cuanto al olor nos cuentan que, a pesar de tener la misma cantidad de especias en la mortadela tradicional se notan más que en la de cerdo ibérico donde lo que predomina es el olor de la carne de ibérico. Por otro lado, el sabor de la mortadela de cerdo blanco italiano tiene «un saber a carne con especia pero de carne más suave mientras que la de ibérico es un sabor mucho más intenso a carne».
http://www.abc.es/familia-consumo/20150310/abci-mortadela-italiana-cerdo-iberico-201503101738.html